Personaje originario de la parroquia de Yaruquíes, descrito como un símbolo de rebelión hacia los españoles, según (Pala, 2016) durante la conquista española, este personaje representaba al Inca Atahualpa, mostrando resistencia en contra de españoles (blancos).
Es uno de los protagonistas del Pase del Niño y solo se lo puede mirar en Riobamba. La tradición nació en el barrio Santa Rosa, cuando un grupo de hojalateros quiso homenajear al Rey de Reyes vistiendo un traje elaborado por ellos mismos.
Posee una dualidad por sus funciones en los pases del niño, se declara que ahuyenta a los malos espíritus y que cuida al personaje principal de la festividad, el niño Rey de Reyes. Se mantiene que las personas que se disfrazan de diablitos, deben hacerlo por diez años seguidos, sino se dice que el diablo les hace soñar, o tienen pesadillas en las que el diablo les lleva.
Se caracteriza por su careta roja de lata que posee formas rectas, también presenta una barba y un bigote de color negro, dientes puntiagudos y cuernos que sobresalen de su frente.
Incorporado a esta su pañuelo floreado que cubre la parte posterior de la cabeza, de donde sale una larga trenza de cabuya. En la actualidad suelen añadir tiras de tela de colores vivos, esto para dar más dinamismo al momento de su danza.
En su vestimenta luce una camisa de color blanca, una corbata y por encima un camisón largo de colores rojo y azul, este puede estar adornado de telas amarillas o detalles con cinta de tela, un pantalón negro de tela y sus zapatos negros. Como accesorios utiliza una sonaja de la lata que agita al ritmo de su baile característico, también suele llevar un látigo de cuero de vaca o “cabresto”, esto depende del danzante.
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